Sociales 4

por | septiembre 18, 2017

Unidad 2 – Página 47
Trabajo colaborativo

Ruta amazónica del cacao en Ecuador nacida de emprendimientos comunitarios

Según registros históricos, la domesticación del cacao para el consumo humano fue obra de los pueblos toltecas, aztecas y mayas en el centro y norte de América hace más de 2.000 años. Sin embargo, recientes estudios demuestran que en la Amazonia ecuatoriana ya se consumía este producto hace más de 5.000. Incluso, cuando llegaron los conquistadores españoles en el siglo XV, los granos de esta fruta eran usados como moneda.

Las bondades del clima y el suelo de la zona permiten que las plantas de cacao den un fruto con un aroma y sabor especial único en el mundo, que en los últimos años ha llamado la atención de los grandes maestros chocolateros de países europeos y estadounidenses.

De hecho, han surgido empresas de origen fundamentalmente comunitario que, con esfuerzo, perseverancia y visión han posicionado al cacao y al chocolate ecuatoriano entre los mejores del mundo.

El gobierno nacional consciente del potencial, no solo comercial sino turístico que puede ofrecer el cacao, decidió impulsar los emprendimientos de las comunidades productoras de la fruta y formuló tres proyectos que los lleva adelante la Empresa Pública Ecuador Estratégico: Pueblo del Cacao en la localidad de Archidona, el Eco-Centro del Cacao en Tena, y el Jardín del Cacao en Arosemena Tola, los tres en la provincia de Napo.

El Jardín del Cacao tendrá varias áreas donde los turistas podrán conocer sobre el porceso para la realización del chocolate. Foto: Andes

Estas iniciativas se enmarcan en lo que se ha denominado como ‘La ruta del cacao’ que busca impulsar el turismo local y mostrar el proceso desde la siembra de las plantas hasta la elaboración y comercialización del chocolate.

El Pueblo del Cacao está en una comunidad quichua amazónica, que será como un ‘museo viviente’ en el que se mostrará la cultura cacaotera. Los visitantes conocerán las ‘chacras’ (lugar de siembra y cosecha) y donde conocerán las diferentes etapas de la producción.

El lugar contará también con un sitio en el que se expondrán las artesanías que los indígenas elaboran con esta fruta, mientras que en el Eco-Centro del Cacao habrá un museo, una sala de convenciones y, finalmente, en el Jardín del Cacao se realizarán exposiciones del proceso de la cosecha hasta el producto final: el chocolate.

La producción comunitaria llega lejos

En Tena una organización de pequeños productores conformada por 21 comunidades, la mayoría indígenas, hace más de una década iniciaron un emprendimiento, la empresa Kallari, que cuenta con una amplia gama de productos que van desde chocolates finos de aroma hasta café orgánico, los cuales están conquistando los paladares en Europa y Asia.

El objetivo de esta empresa que se encuentra en los mercados de Estados Unidos, Alemania, Francia, Suiza, Suecia, Bélgica, Japón, China y España es apoyar a las cerca de 850 familias, pequeñas productoras de cacao, para que puedan comercializar sus  cosechas a precios justos y sin intermediarios.

Kallari es un organización comunitaria cuya producción del chocolate está conquistando los paladares europeos. Foto: Andes

Galo Grefa presidente de la asociación Kallari dijo a Andes que al tener una certificación orgánica internacional los productores que entregan sus productos deben comprometerse a cuidar la fruta sin la utilización de pesticidas.

La apertura en mercados ecuatorianos e internacionales que ha alcanzado Kallari ha permitido que en 2014 cierre con una exportación de unas 250.000 barras de chocolate y, según las estimaciones, se espera cerrar este año con unas 500.000, lo que significaría obtener más de 700.000 dólares.

El éxito de los chocolates de esta organización es que entregan un producto que contiene un 75% u 85% de puro cacao, lo que le da un sabor fuerte a la barra y el otro 25 % es de caña de azúcar orgánica. mientras que los productos de las grandes empresas contienen un 75% de leche y azúcar y apenas un 25% de la fruta procesada.

Un turismo vivencial con sabor a chocolate

La belleza de la Amazonia, sus paisajes, ríos, flora, fauna y su gente son grandes atractivos para el turismo y por esta razón, a diario, recibe a visitantes nacionales y extranjeros en busca de aventura y nuevas experiencias. Por esta razón, las comunidades indígenas de la zona que realizan actividades turísticas han incluido en sus paquetes al cacao.

Los visitantes que se hospedan en diferentes hosterías en la provincia de Napo, muchas de ellas administradas por comunidades indígenas, pueden aprender a realizar chocolate y conocer el proceso desde la cosecha de la fruta hasta la elaboración de la pasta de chocolate.

En el Centro de Turismo Sinchi Warmi, los turistas pueden hacer chocolate artesanal. Foto: Andes

Un ejemplo de este tipo de emprendimientos es el Centro de Turismo Comunitario Sinchi Warmi que en idioma quichua quiere decir ‘mujer fuerte’. La iniciativa está ubicada en la localidad de Misahuallí, cerca de la ciudad de Tena, y cuenta con sitios de hospedaje, un restaurante en el que se puede degustar de comida típica, senderos ecológicos y un etnomuseo.

Melisa Andy, presidenta de la comunidad dijo que la idea nació de un grupo de mujeres que se vio en la necesidad de apoyar a la economía familiar y entonces se construyó un lugar en el que se pueda mostrar su cultura, degustar de platos y bebidas tradicionales como la chicha -una bebida hecha a base de yuca-, además de conocer sobre sus danzas y la elaboración de artesanías.

El lugar, administrado por las mujeres de la comunidad, le permite al visitante elaborar con sus propias manos chocolate artesanal con la mezcla de varios productos como vainilla, licor, canela, entre otros, actividad sin duda le deja al visitante una experiencia vivencial inolvidable.

El misticismo de la Amazonia tiene una sinfonía de sabores y sonidos de sus ríos, de la fauna silvestre, del espíritu de los indígenas de las diferentes comunidades de la zona, quienes muestran el encanto de su cultura, de sus tradiciones gastronómicas y su forma de vida.

Fuente: Agencia Andes

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