Tema 2: Variedades lingüísticas circunstanciales o situacionales
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El montubio y sus tradiciones, vigentes en la cultura de la costa ecuatoriana
Mirando la historia el pueblo montubio, asentado en la zona rural del litoral ecuatoriano, se constata su contribución al desarrollo del país. Son dueños de una rica cultura que fomenta la unidad, solidaridad, la alegría y el amor a la naturaleza.
Por Jorge Barona
Guayaquil, 24 ago (Andes).- El cielo aún está oscuro, pero Carlos Vásquez ya está en pie. Después de prender su antiguo radio para escuchar las noticias y beber un jarro de café para aplacar el frío de la madrugada, baja de su sencilla casa de madera y se dirige al corral para ordeñar sus vacas. Son las 05:00 y sus únicos compañeros son su fiel perrita y sus dos cachorros.
Los primeros reflejos del sol iluminan el verde paisaje rural costeño y el hombre ya ha conseguido los más de 20 litros de leche necesarios para la elaboración del queso artesanal que más tarde llevará al centro del cantón Salitre para venderlo a 1,70 dólares por libra.
A kilómetros de distancia, en el recinto El Prado, del cantón Daule, en cambio, está Guillermo Plúas, quien -machete en mano- se dirige por un polvoriento camino rumbo a los arrozales de su patrón a los que les dará los cuidados necesarios para obtener una buena cosecha.
Al llegar al predio se saca los zapatos, se recoge las bastas de los pantalones y con los pies descalzos se introduce en el fango que le llega hasta las rodillas. Allí, Plúas, junto a un compañero, siembra la gramínea, que es uno de los principales alimentos que se cultiva en la costa ecuatoriana.
Por su ardua labor, que le tomará hasta el mediodía, Plúas recibirá como paga 10 dólares. “Es duro, pero estamos hechos para trabajar la tierra”, dice el hombre de 55 años con el característico acento del hombre del campo del litoral.
Las jornadas de Vásquez y Plúas son solo dos ejemplos de cómo transcurre en la costa la vida del pueblo montubio, asentado principalmente en las zonas rurales de las provincias de Guayas, Los Ríos y Manabí.
El aporte del montubio al desarrollo y a la cultura del país es significativo. Historiadores relatan las gestas de valientes hombres, que recibieron de las oligarquías el apelativo de ‘montoneras’ y que acompañaron al ‘montubio más grande de la historia’, el general Eloy Alfaro, en la histórica Revolución Liberal del 5 de junio de 1895.
El escritor guayaquileño José de la Cuadra (1903-1941), uno de los principales exponentes de temáticas sobre el montubio, cuenta que estos pueblos formaron parte de las milicias rurales que lucharon en las guerras de la independencia contra el yugo español, bajo la tutela del mariscal Antonio José de Sucre y del Libertador Simón Bolívar, agrupados en los batallones de Yaguachi y Daule.
Entre estas gestas históricas destacan las de las tropas comandadas por Nicolás Infante, Crespín Cerezo, Manuel Serrano, Luis Vargas Torres, Marcelino Maridueña, Pedro Jota Montero, Carlos Concha, Medardo y Flavio Alfaro, la coronela Filomena Chávez, entre otros.
Todos ellos fueron reconocidos por su bravura y destreza como jinetes que reforzaron las divisiones de caballería de los ejércitos de los patriotas.
El rodeo, una pasión
Su destreza para domar al caballo es un don que conservan hasta la actualidad y lo demuestran en el denominado ‘Rodeo Montubio’, que es su fiesta mayor y tiene su sede en el cantón Salitre, en la provincia del Guayas, localidad que es reconocida como la ‘capital montubia del Ecuador’ y que está ubicada a 42 kilómetros de Guayaquil, la segunda ciudad más importante del país.
En ese espectáculo, denominado ‘la montubiada’, el hombre de campo se luce domando a su potro chúcaro ante el público que vibra con aguardiente de caña, cerveza y música de banda de pueblo.
Hasta hace pocos años, los espectadores entraban a los cosos con armas que disparaban al aire para festejar las piruetas de los jinetes, pero eso se acabó cuando entró en vigencia la prohibición de portar armas.
“Soy montubio, pero en realidad era peligroso porque alcohol y armas no pueden estar juntos. Ahora ya se ven mujeres y niños en los espectáculos porque ya no hay ese riesgo y eso es positivo”, reconoce Vásquez.
El rodeo se organiza en varias fechas del año, pero la fiesta central es el 12 de octubre, día que el Consejo Cantonal de Salitre lo declaró como el Día del Montubio Salitreño, en homenaje al primer rodeo que se efectuó en 1950.
Pero si el rodeo identifica al montubio, el sombrero y el machete son símbolos de su identidad. “El sombrero es la elegancia del montubio y el machete es su herramienta fundamental de trabajo.Bueno, aunque si sale por ahí un bravo te le paras con tu machete”, dice -entre risas- Vásquez, conocido en su pueblo con el sobrenombre de ‘Chamo’.
Y es que los apodos también forman parte de la cultura del montubio. Esto lo constató el equipo de la agencia Andes cuando intentó localizar a un dirigente ganadero por su nombre, que nadie conocía, pero al mencionar ‘Frejolero’ -su sobrenombre- inmediatamente la gente daba referencias de cómo ubicarlo.
“El montubio es un hombre sencillo, trabajador, sincero, solidario, valiente, respetuoso y orgulloso de sus raíces, que se dedica a la agricultura y ganadería”, así lo describe Héctor Villamar, comunicador y gestor cultural del municipio de Salitre.
Ese espíritu de unidad y solidaridad se traduce en las asociaciones de ganaderos que aglutinan a miles de campesinos. Estas organizaciones se formaron para hacer frente al azote de bandas de cuatreros que robaban su ganado y su cosecha. Solo en Salitre hay 45, cada una conformada por más de un centenar de socios.
El nivel de organización los llevó a desterrar este delito de sus tierras y se convirtieron en grupos de apoyo fundamentales para las tareas de seguridad de la Policía Nacional en la vasta zona rural costera.
“Éramos cosa seria, nos reuníamos hasta 500 hombres y salíamos a caballo, machete y revólver a hacer frente a los delincuentes”, recuerda Héctor Macías, dirigente ganadero, quien reconoce que tuvieron bajas entre sus filas por defender su derecho a vivir seguros.
Nuevas generaciones
Si bien las costumbres se mantienen entre los adultos, las nuevas generaciones han ido dejando de lado las tradiciones, influenciadas por la moda y la relación con sus parientes de las ciudades.
Villamar comenta que hace más de una década era común ver a la gente del campo llegar al centro de Salitre montada a caballo para hacer sus compras y retornar a sus recintos. “Era algo tradicional escuchar los cascos de los caballos por las calles o ver uno que otro animal amarrado en los postes. Eso prácticamente se está perdiendo”, añade.
Actualmente, las calles de cantones como Nobol, Daule, Santa Lucía, Palestina, Balzar, Yaguachi, Samborondón y Salitre están invadidas de motociclistas y ‘mototaxis’, que hacen el trabajo que antes le correspondía a los equinos.
También los jóvenes prefieren usar gorras y zapatos deportivos, antes que el sombrero de paja o cuero y las botas.
Otra tradición que se va perdiendo es la oral. El amorfino, una composición poética popular que se canta o recita, ya no está presente entre las nuevas generaciones.
“Antes para enamorar a la mujer nuestros mayores le piropeaban lindos amorfinos, pero ahora la juventud se enamora y en poco tiempo se lleva a la amada a su casa”, dice sonriente Samuel Briones, de 81 años, del recinto Balbaco, del cantón Santa Lucía.
Ante esta realidad, los municipios están promoviendo eventos culturales y artísticos para preservar la identidad montubia.
Villamar señala que el municipio de Salitre prepara para septiembre la primera Feria Montubia Salitre 2014, evento que expondrá todas las manifestaciones de esta cultura ancestral como danza, rodeo, orquestas, amorfinos y la exquisita gastronomía, que tiene entre sus delicias al bollo, una porción de plátano cocinado y relleno de pescado de agua dulce.
Y mientras los municipios preparan eventos para rescatar la tradición entre los jóvenes, Carlos Vásquez, Samuel Briones, Isidoro Morales, Héctor Macías y otros campesinos mantiene su identidad y se sienten orgullosos de ser montubios.
Hombres como ellos no están dispuestos a cambiar la tranquilidad y el alimento que le proporciona el campo por la vida agitada de la ciudad. “Toda mi familia está en Guayaquil, mis hermanos son profesionales y otros viven en Estados Unidos. Me han querido convencer, pero yo no dejo mi tierrita y aquí me encontrarán levantándome todos los días a las 5 de la mañana a ordeñar mis vacas y seguir haciendo el sabroso queso”, afirma el ‘Chamo’ Vásquez.
Baraona, J. (23 de Agosto de 2014). El montubio y sus tradiciones, vigentes en la cultura de la costa ecuatoriana. Andes. Recuperado de: http://www.andes.info.ec/es/noticias/reportajes/1/28457/montubio-sus-tradiciones-vigentes-cultura-costa-ecuatoriana