Unidad 3 – Tele estudio

por | octubre 30, 2020

Tema 2: Proceso de evangelización de América

Tema 3: Impactos culturales y ecológicos de la conquista de América

Las leyes nuevas, un alegato en favor de los indios

Hoy se cumplen 470 años de la promulgación de las Leyes Nuevas, impulsadas por fray Bartolomé de las Casas

El 20 de noviembre de 1542, hoy hace exactamente 470 años, se promulgaron en Barcelona las Leyes Nuevas, impulsadas por Bartolomé de las Casas (1474-1566), eclesiástico e historiador español. Las Leyes y ordenanzas nuevamente hechas por su Majestad para la gobernación de las Indias y buen tratamiento y conservación de los indios –su nombre oficial–, eran un conjunto de normas que pretendían mejorar las condiciones de los indígenas de la América española, especialmente, a través de la supresión del sistema de encomiendas.

La encomienda era un derecho implantado por España en América para regular las relaciones entre españoles e indígenas. El rey, en compensación por los servicios que el conquistador había prestado a la Corona, le cedía a éste el tributo o servicio personal que el indio debía pagar a cambio de su evangelización. El súbdito español, el encomendero, era, en definitiva, un terrateniente que explotaba a los indios. Las Leyes Nuevas, de 1542, denegaron la concesión de nuevas encomiendas y establecieron que éstas debían volver a la Corona a la muerte del encomendero. A comienzos del siglo XVIII se inició el proceso que llevó a su total supresión.

Bartolomé de las Casas, a la sazón fraile dominico, se convirtió en un incansable defensor de los derechos de los indios, actitud que le ocasionó la enemistad de obispos, gobernadores y miembros del Consejo de Indias. En 1502 había realizado su primer viaje a América, diez años después de su descubrimiento, a La Española (actual República Dominicana y Haití). En 1512 se convirtió en el primer sacerdote ordenado en América. Pasó más tarde a Cuba con Pánfilo de Narváez y allí se enriqueció con los repartimientos y las encomiendas. Pero en 1514 decidió renunciar a sus propiedades y regresó a España un año después. Emprendió, entonces, su particular alegato en favor de los indios.