Tema 2: Situación social y económica de América Latina a inicios del siglo XX
Competencias digitales
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Consecuencias económicas
La guerra supuso una destrucción material extrema. Francia y Bélgica fueron los países más afectados pues los combates más violentos se desarrollaron en su territorio. Igualmente fueron duramente castigadas Rusia y la región fronteriza entre Italia y Austria.
Los campos de cultivo, la red de ferrocarriles, puentes, carreteras, puertos y otras infraestructuras fueron devastados. Se perdieron barcos, fábricas, maquinaria. Numerosas ciudades y pueblos fueron total o parcialmente arrasados. |
Al término de la guerra fue necesario reconvertir las industrias que habían estado destinadas durante años a la producción de guerra. El proceso fue lento y se vio entorpecido por una crisis que se alargó hasta 1924. La “economía de guerra” dislocó el sistema productivo y eliminó de la política económica los principios del liberalismo. La tendencia se consolidó durante la posguerra fruto de las políticas de los gobiernos de izquierda, especialmente los socialdemócratas. El intervencionismo económico del Estado fue la pauta seguida durante el período de entreguerras salvo en el caso de Estados Unidos, hasta la llegada a la presidencia de F. D. Roosevelt.
El gasto bélico se financió en parte acudiendo a las reservas de oro y al endeudamiento mediante la emisión de deuda pública,complementado con el recurso a créditos exteriores, especialmente de origen estadounidense. Se recurrió a la fabricación del papel moneda, lo que provocó una fuerte inflación, agravada en la posguerra por el desequilibrio entre demanda y producción.
Sin embargo hubo países a los que la guerra benefició económicamente. En primer lugar aquellos que habían permanecido neutrales durante el conflicto y se habían convertido en proveedores de materias primas y alimentos para los contendientes, casos de Brasil, Argentina y España.
Pero fundamentalmente la guerra consolidó el crecimiento de dos grandes potencias: Estados Unidos y Japón cuyo comercio experimentó un aumento sin precedentes en detrimento de las potencias tradicionales de Europa, que perdieron sus mercados exteriores y vieron cómo su espacio económico se fragmentaba.
Estados Unidos prestó importantes cantidades de dinero a los aliados y les suministró abundante material bélico, bienes de equipo y víveres. Se convirtió en el mayor acreedor (más de 250 mil millones de dólares) de los países europeos, que en adelante entraron en una estrecha dependencia de los créditos norteamericanos para hacer frente a la reconstrucción económica. El dólar se convirtió junto a la libra esterlina en el principal instrumento de cambio en las transacciones internacionales y la bolsa de Nueva York consiguió el liderazgo mundial.