Unidad 4 – Página 147
Aplico y aprendo
Trastornos alimenticios
Se caracteriza principalmente por períodos o hábitos incontrolados e impulsivos de ingesta de alimentos más allá de unos límites razonables.
Aunque los síntomas no incluyan la toma de purgantes pueden darse episodios esporádicos de ayuno o dietas seguidas de sentimientos de vergüenza o culpa. Las personas que comen compulsivamente suelen experimentar angustia y depresión que, a su vez, den paso a periodos de excesos en la comida.
El peso corporal puede variar de normal a la obesidad leve, moderada o grave.
Otros trastornos alimentarios pueden incluir una combinación de los signos y síntomas
de la anorexia, la bulimia y / o trastorno por atracón. Aunque estos comportamientos no pueden ser clínicamente considerados como un síndrome de desorden de alimentación, pueden representar un peligro físico y emocional para la persona con estos comportamientos y, de repetirse, quizá precisen de la ayuda de un profesional.
Se trata pues de trastornos en los que las víctimas sufren graves perturbaciones en sus comportamientos alimenticios relativos a pensamientos y emociones, así como cambios en su peso. A menudo, suelen presentarse entre edades comprendidas entre los 12 a 35 años y, por lo general, se traducen en dos principales trastornos: anorexia y bulimia, además de otros trastornos entre los que se contempla el trastorno por excesivo apetito.
Causas de los trastornos alimenticios
No se conocen con exactitud las causas exactas de estos trastornos. A través de estudios se ha demostrado que las niñas con TDAH (Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad) tienen una mayor probabilidad de contraer un trastorno alimenticio que los no afectados por el trastorno.
Las mujeres con trastorno de estrés postraumático, sobre todo relacionado a un trauma sexual, son más propensos a desarrollar anorexia nerviosa.
Un estudio mostró que las niñas adoptadas son más propensas a desarrollar la bulimia nerviosa. La presión ejercida por la sociedad y la idealización mediática de cuerpos estilizados son también un factor significativo. La genética puede también ser una razón para padecer el trastorno.
Si bien el tratamiento adecuado puede ser muy eficaz, para muchos de los tipos específicos de trastornos de la alimentación, las consecuencias de estos trastornos suelen ser graves, ya sea por los efectos directos sobre los hábitos alimenticios o de comorbilidad como el pensamiento suicida.
Los trastornos alimenticios son condiciones complejas que se derivan de una combinación tanto del comportamiento como de factores biológicos, emocionales, factores psicológicos, interpersonales y sociales. Los científicos e investigadores están todavía aprendiendo sobre las causas subyacentes de estas perturbaciones en un terreno emocional y físico.
Las personas con estos trastornos suelen utilizar los alimentos y el control de los mismos para tratar de compensar sentimientos y emociones que llegan a abrumarles. Para algunos, dietas, atracones y purgas pueden representar una manera de hacer frente a emociones dolorosas y para sentir que controlan su propia vida, pero que en realidad afectan y dañan su bienestar físico, emocional, salud, autoestima y el sentido de competencia y control.
Los factores pueden incluir:
Psicológicos:
Baja autoestima
Sentimientos de desajuste o falta de control
Depresión, ansiedad, ira, soledad
Interpersonales:
Problemas de familia y relaciones personales
Dificultad para expresar emociones y sentimientos
Historial de abusos o haber sido ridiculizado por su tamaño o peso
Sociales:
Las presiones culturales que dan un valor añadido al hecho de estar delgado
Los cánones de belleza tanto para mujeres como para hombres en cuanto a pesos y formas específicas del cuerpo
Biológicos:
Se sigue investigando sobre las posibles causas bioquímicas o biológicas de los trastornos alimentarios y también ciertos productos químicos en el cerebro que controlan el hambre y la digestión que se cree presentan un desequilibrio.
Genéticos:
Algunos estudios evidencian una predisposición genética
Epigenéticos:
Son medios por los cuales los efectos ambientales alteran la expresión genética a través de métodos tales como la metilación del ADN, de forma independiente sin alterar la secuencia del ADN subyacente.
Pueden ser hereditarios pero pueden presentarse en el transcurso de una vida y son potencialmente reversibles. Se recomienda el tratamiento profesional.
Bioquímicos:
La conducta alimentaria es un proceso complejo controlado por el sistema neuroendocrino de los cuales el eje hipotálamo-hipófisis-suprarrenal es un componente importante.
El desequilibrio de dicho eje se asocia con trastornos de la alimentación, tales como irregularidades en la fabricación, cantidad o transmisión de ciertos neurotransmisores, hormonas o neuropéptidos y aminoácidos.
Serotonina
Neurotransmisor implicado en la depresión. También tiene un efecto inhibitorio sobre la conducta alimentaria.
Norepinefrina
Es a la vez un neurotransmisor y una hormona.
Dopamina
Además de ser un precursor de la norepinefrina y epinefrina también es un neurotransmisor que regula la propiedad gratificante de los alimentos.
Leptina y grelina
La leptina es una hormona producida principalmente por las células de grasa en el organismo que tiene un efecto inhibitorio sobre el apetito al inducir una sensación de saciedad. La grelina es una hormona inductora del apetito producido en el estómago y la porción superior del intestino delgado. Los niveles circulantes de las hormonas son un factor importante en el control del peso. Aunque a menudo se asocia con la obesidad, ambas hormonas y sus respectivos efectos han sido implicados en la fisiopatología de la anorexia nerviosa y bulimia nerviosa.
Sistema inmune
Los estudios han demostrado que la mayoría de los pacientes con anorexia y bulimia nerviosa tienen niveles elevados de autoanticuerpos que afectan a las hormonas y neuropéptidos que regulan el control del apetito y la respuesta al estrés. Puede haber pues una correlación directa entre los niveles de autoanticuerpos asociados y rasgos psicológicos.
Infección: p.a.n.d.a.s
Es la abreviatura de (trastornos neuropsiquiátricos pediátricos autoinmunes) asociados con infecciones estreptocócicas. Los niños con el trastorno presentan un trastorno obsesivo-compulsivo (TOC) y / o trastornos de tics y en el que los síntomas empeoran después de las infecciones, tales como” faringitis estreptocócica “y la “escarlatina.” Existe la posibilidad de que sean un factor desencadenante en el desarrollo de la anorexia nerviosa en algunos casos.
Lesiones
Algunos estudios han demostrado que las lesiones del lóbulo frontal derecho y el lóbulo temporal pueden estar relacionados con los síntomas patológicos de un trastorno de la alimentación
Tumores
Tumores en diversas regiones del cerebro se han visto implicados en el desarrollo de alteraciones en los patrones de alimentación.
Calcificación cerebral
Algunas investigaciones resaltan la posibilidad de que la calcificación del tálamo derecho puede contribuir al desarrollo de la anorexia nerviosa.
Complicaciones obstétricas
Se han hecho estudios que demuestran que el tabaquismo materno y complicaciones obstétricas como la anemia materna, pueden dar lugar a partos prematuros (32 semanas).
Este hecho puede originar problemas cardiacos neonatales, preeclampsia, infarto de placenta y acephalhematoma. La corteza prefrontal del feto y el recién nacido es muy susceptible a daños como resultado de la falta de oxígeno que se ha demostrado contribuyen a la disfunción ejecutiva, el TDAH y puede afectar a los rasgos de personalidad asociados como los trastornos alimenticios y trastornos comórbidos como la impulsividad, la rigidez mental y la obsesión.
Tipos de trastornos
Comedor compulsivo
En la actualidad, el trastorno se encuentran bajo investigación y los criterios aún no están del todo definidos. Las personas que lo sufren pierden el control sobre su alimentación y pasan por episodios incontrolables en los que consumen grandes cantidades de comida en un breve espacio de tiempo.
A diferencia de las personas con bulimia nerviosa, no experimentan conductas compensatorias. Es decir, no tratan de eliminar la comida mediante vómitos inducidos, ayunos o abuso de laxantes. Los atracones son crónicos y pueden derivar en graves complicaciones de salud como: obesidad severa, diabetes, hipertensión y enfermedades cardiovasculares.
También experimentan culpa, vergüenza y angustia acerca de sus irrefrenables comilonas, lo que puede conducir a más atracones.
Bulimia
Se caracteriza por episodios frecuentes y recurrentes de comidas copiosas durante las cuales se experimenta falta de sentimiento de control. Estos “atracones” son generalmente seguidos por comportamientos de compensación como vómitos inducidos o excesivo uso de laxantes y/o diuréticos, así como toma de medicamentos para adelgazar, excesivo ejercicio o ayunos.
Al contrario de la anorexia nerviosa, las personas que padecen bulimia mantienen un peso saludable o normal e incluso puede ser que presenten un ligero sobrepeso. A menudo sienten miedo a ganar peso y un intenso desagrado, vergüenza e infelicidad con respecto a su cuerpo. El ciclo de comidas copiosas y purgas pueden sucederse en un periodo semanal o, incluso, diario.
Los pacientes con bulimia nerviosa compulsiva comen con frecuencia y una cantidad asombrosa de alimentos que traga sin casi ni siquiera masticar en un corto período de tiempo, consumiendo calorías con alto contenido en azúcares, carbohidratos y grasas. Sus “atracones” suelen terminar sólo cuando son interrumpidos por otra persona, se quedan dormidos o experimentan un intenso dolor de estómago debido a que éste incrementa en exceso su capacidad normal. Durante estos episodios, el paciente se siente fuera de control y el temor a un aumento de peso les hace decidir el uso de laxantes o producirse el vómito. Este ciclo, generalmente, se repite al menos varias veces a la semana o, en casos graves, varias veces al día.
Es difícil saber cuándo un familiar o amigo padece bulimia nerviosa ya que los afectados casi siempre lo llevan en secreto y a no ser que adelgacen de forma drástica, su problema suele pasar desapercibido por las personas más cercanas.
Entre otros, los síntomas incluyen:
– Garganta inflamada y adolorida por los constantes vómitos
– Inflamación de las glándulas salivares
– Desgaste del esmalte de los dientes
– Dientes sensibles como resultado de la exposición al ácido del estómago
– Reflujo y otros problemas estomacales
– Irritación intestinal debido al abuso de laxantes
– Deshidratación severa
– Desequilibrio de electrolitos (niveles de sodio, calcio, potasio y otros minerales).
Para ser diagnosticado de bulimia nerviosa, la persona debe presentar una periodicidad en la ingesta de alimentos abundantes, seguidas de purgas, de al menos dos veces por semana, durante un par de meses.
Por supuesto, no tienen nada que ver con las típicas comilonas en una fiesta o en un evento que se presta a ello y luego decidir ir al gimnasio al día siguiente y hacerse el propósito de comer menos y más sano.
Las personas con bulimia consumen una gran cantidad de alimentos (a menudo comida “basura”). En ocasiones, pueden comer alimentos no cocinados o congelados o, incluso, recuperar comida ya desechada. Experimentan falta de control para parar de comer y sólo pueden hacerlo una vez están demasiado llenos. La mayoría de las personas con bulimia se purgan a través de vómito inducido, pero también usan laxantes o hacen ejercicio excesivo.
Aunque la anorexia y la bulimia son muy similares, las personas con anorexia suelen ser muy delgadas y de bajo peso, mientras que las personas con bulimia pueden tener un peso normal o, incluso, un ligero exceso de peso.
Anorexia
Las personas que padecen anorexia y bulimia son, a menudo, demasiado perfeccionistas, con baja autoestima y excesivamente críticas consigo mismo y sus cuerpos, así como sentir emociones y actitudes extremas. Es corriente que dichas personas se encuentren en exceso obesas, aunque estén al límite de la inanición o desnutrición con graves repercusiones para su salud.
El miedo a ganar peso está siempre presente y en las etapas iniciales es común la negación su problema. En la mayoría de los casos, estos trastornos suelen ir acompañados de otros problemas psiquiátricos como la ansiedad, pánico, trastorno obsesivo-compulsivo y el consumo de alcohol o drogas.
Existen estudios que evidencian una posible herencia aunque pueden darse también en personas que no presentan antecedentes familiares. Lo cierto es que sin un adecuado tratamiento, estas personas pueden sufrir problemas derivados de la desnutrición llegando a afectar al corazón y otras enfermedades graves. Con una adecuada atención, puede volver a disfrutar de unos hábitos alimenticios normales y recuperar su salud tanto emocional como psicológica.
Los síntomas incluyen:
– Rechazo a mantener el peso corporal igual o por encima del valor mínimo estándar para la estatura, constitución física, edad y nivel de actividad
– Miedo intenso a ganar peso
-Sensación de estar “gordo” o con sobrepeso a pesar de una pérdida de peso considerable
– Pérdida de menstruación
– Negación a comer o incluso provocarse el vomito o tomar laxantes
Originando:
– Osteopenia u osteoporosis (adelgazamiento de los huesos) por pérdida de calcio
– Fragilidad de cabello y uñas
– Tono amarillento de la piel
– Anemia y problemas musculares, incluyendo el músculo del corazón
– Estreñimiento severo
– Caída de la presión arterial, respiración lenta y pulso, experimentando frío constante
– Depresión y decaimiento
– Infertilidad
La anorexia nerviosa afecta aproximadamente a una de cada 100 niñas y mujeres jóvenes y se diagnostica cuando el paciente pesa un 15% menos de su peso normal o saludable.
Tratamiento
Una nutrición adecuada, reduciendo el exceso de ejercicio y evitar conductas de purga son las bases del tratamiento. Las formas específicas de psicoterapia, terapia de conversación y la medicación son efectivas para muchos trastornos de la alimentación. Sin embargo, en casos más crónicos, los tratamientos específicos aún no han sido suficientemente identificados. Los planes de tratamiento a menudo se adaptan a las necesidades individuales y puede incluir una o más de los siguientes:
– Terapia individual, grupo y / o psicoterapia familiar
– Atención médica y seguimiento
– Asesoramiento sobre nutrición
Algunos pacientes también pueden necesitar ser hospitalizados para el tratamiento de los problemas causados por una desnutrición considerable o para asegurarse de que come lo suficiente, si su peso es muy bajo.
Para la anorexia nerviosa: Consiste en tres fases
– Restauración el peso saludable al paciente
– Tratamiento de los problemas psicológicos relacionados con el trastorno de la alimentación
– Reducir o eliminar las conductas o pensamientos que conducen a la insuficiente ingestión de comida y a la prevención de recaídas.
Algunas investigaciones sugieren que el uso de medicamentos, como antidepresivos, antipsicóticos o estabilizadores del ánimo, puede ser moderadamente eficaces. Por supuesto, quizá ayuden a resolver el estado de ánimo y de ansiedad que a menudo se presentan junto con la anorexia nerviosa. No está claro si los antidepresivos pueden evitar que algunos pacientes restablecidos recaigan. Aunque los estudios todavía están en curso. Sin embargo, ningún medicamento ha demostrado ser eficaz para ayudar a ganar peso a alguien para llegar a un nivel normal.
Las diferentes formas de psicoterapia, incluyendo las individuales, de grupo o familiares, pueden ayudar a abordar las razones psicológicas de la enfermedad.
Otras investigaciones han encontrado que un enfoque combinado de atención médica y psicoterapia de apoyo diseñado específicamente para pacientes es más eficaz que la psicoterapia individualizadaza. La eficacia pues de un tratamiento dependerá de la persona y su situación.
La exploración de nuevos tratamientos y métodos de prevención está demostrando ser algo prometedor. Un estudio sugiere que un programa de prevención puede impedir que algunas mujeres en riesgo desarrollen el trastorno.
Para la bulimia nerviosa
Al igual que con la anorexia nerviosa, el tratamiento para la bulimia a menudo implica una combinación de opciones y depende de las necesidades del individuo. Para reducir o eliminar los “atracones” y posteriores purgas, el paciente puede someterse al consejo de un terapeuta nutricional y psicoterapia (terapia cognitiva-conductual). Dicha terapia ayuda a una persona a concentrarse en sus problemas actuales y cómo resolverlos. El terapeuta ayuda al paciente a identificar los patrones de pensamiento distorsionados o inútiles, reconocer y cambiar las creencias erróneas, relacionarse con otros de manera más positiva y cambiar las conductas en consecuencia.
La terapia puede ser individual o en grupos de ayudas. Algunos antidepresivos, como la fluoxetina, pueden ayudar a los pacientes que también sufren de depresión o ansiedad. La fluoxetina también ayuda a reducir los “atracones” y las purgas, reducir la probabilidad de recaída y mejorar las actitudes alimenticias.
Trastorno por “atracones”
Las opciones de tratamiento para este trastorno son similares a los utilizados para tratar la bulimia nerviosa. La psicoterapia, en especial la cognitiva-conductual que se ajusta a las necesidades de la persona, ha demostrado ser efectiva. Una vez más, este tipo de terapia se puede ofrecer a un individuo o en grupos.
Advertencias sobre los antidepresivos
Los antidepresivos son seguros y últimamente han adquirido una popularidad considerable, pero algunos estudios han sugerido que pueden tener efectos no deseados en algunas personas, especialmente en adolescentes y adultos jóvenes. La advertencia de los científicos en estos casos y para todas las edades es que los pacientes que toman antidepresivos deben ser observados de cerca, especialmente durante las primeras semanas de tratamiento. Los posibles efectos secundarios empeoran la depresión con posibles pensamientos o conductas suicidas, por lo que debe tenerse en cuenta cualquier cambio inusual en el comportamiento, como dificultad para dormir, agitación o evitar situaciones sociales normales.
La psicoterapia ayuda a las personas con trastornos de la alimentación a comprender los pensamientos, emociones y comportamientos que desencadenan estos trastornos. Además, algunos medicamentos también han demostrado ser eficaces para ayudar en el proceso de tratamiento. Debido a los graves problemas físicos causados por estas enfermedades, es importante que cualquier plan de tratamiento para una persona con anorexia nerviosa, bulimia nerviosa o trastorno por atracón busque atención médica, así como el consejo de un profesional en nutrición.
Trastornos alimenticios. (3 de septiembre de 2012). Eco-
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